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Foto: Adelaida Jaramillo

Sabiduría a la carta

Pancho González
@fraxagol

La cocina latinoamericana está profundamente entrelazada con la lengua. En los dichos y refranes cotidianos no solo encontramos ingenio y humor, sino también una sabiduría popular que se ha transmitido de generación en generación. Muchos de estos proverbios tienen a la comida como protagonista, no solo porque es un elemento central de la vida, sino porque refleja valores, emociones y costumbres culturales.

A continuación, exploramos una selección de proverbios populares relacionados con la comida, analizados desde su significado metafórico y su contexto culinario. Una combinación de tradición, nutrición, historia y sabor.

Barriga llena, corazón contento

Este dicho establece una conexión directa entre la saciedad física y la satisfacción emocional. Cuando el cuerpo se siente nutrido, el ánimo suele acompañar con alegría y calma.

Una comida generosa y balanceada no solo aporta energía, sino que estimula la liberación de serotonina, una sustancia clave para el bienestar emocional. No se trata solo de llenarse, sino de alimentarse con intención, calidad y placer. Un plato preparado con cariño puede ser más reconfortante que el más sofisticado banquete. Bien dicen que para enamorar hay que saber alimentarse.

Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente

Este proverbio advierte sobre los peligros de la distracción o pasividad. En el contexto marino, el camarón que no nada, es arrastrado. En la vida, lo mismo sucede con quien no actúa.

Culinariamente, el camarón también exige atención en la preparación. Es un producto delicado que, si se sobre cocina, pierde su textura jugosa y su sabor suave. Cocinar camarones requiere atención, precisión y buen manejo del tiempo, igual que muchas decisiones importantes en la vida. Dormirse, literal o figuradamente, puede arruinar el resultado.

A falta de pan, buenas son tortillas

Este dicho refleja una actitud positiva ante la escasez o la improvisación: cuando no se puede alcanzar lo ideal, hay que conformarse con lo que está disponible. Es una celebración de la creatividad y la adaptación a la crisis.

En el plano alimenticio, la tortilla (especialmente en Mesoamérica), es una alternativa más deliciosa y nutritiva que el pan. Hechas de maíz nixtamalizado, las tortillas son suculentas, versátiles y profundamente tradicionales. Como ingrediente principal o como acompañamiento de las comidas, ofrecen sabor, historia y nutrición. Lejos de ser una segunda opción, la tortilla encarna una identidad alimentaria tan rica como la del pan, y a veces, incluso más profunda.

En casa de herrero, cuchillo de palo

El refrán expresa la paradoja de que quienes se dedican profesionalmente a una actividad, y lo hacen muy bien para los demás, pero suelen descuidar en su ámbito personal. 

En el campo del arte culinario, este dicho cobra un sentido muy concreto: muchos cocineros, famosos por su pasión y talento en la cocina, evitan cocinar en sus propios hogares. Y seamos honestos, ¿quién quisiera ponerse frente al fogón de la casa después de pasar largas horas cocinando en un restaurante? Muchos cocineros no preparan sus propios alimentos ni los de sus familias para separar la vida laboral de la personal o simplemente porque cocinar en casa ya no representa un placer, sino una extensión de las obligaciones laborales. Así, aunque se esperaría que sus mesas estuvieran llenas de manjares, ellos y sus familias suelen alimentarse de platos muy sencillos como arroz con huevo, enlatados, y muchos son clientes asiduos de los locales de comida rápida.

Choclo sin queso es como un abrazo sin beso

Este refrán ecuatoriano combina esas frases tan perfectas que parecen inseparables. Más allá del sabor, alude a la intimidad y la calidez que surgen cuando dos elementos se complementan naturalmente.

El choclo, rico en carbohidratos, fibra y vitaminas del grupo B, se encuentra con el queso, fuente de proteínas y calcio, en una unión que es tanto deliciosa como nutricionalmente equilibrada. La dulzura y textura del choclo contrasta con la salinidad y cremosidad del queso, y juntos protagonizan platos como humitas, pasteles y ensaladas. Así, esta pareja trasciende lo culinario para convertirse en metáfora de armonía y afecto.

 

Los refranes populares no solo adornan nuestro hablar, sino que también encierran filosofías de vida transmitidas a través de los siglos. Cuando estas frases se relacionan con la comida, adquieren un sabor especial: nos transmiten hábitos, identidad, valores y creatividad.

Escuchar estos proverbios con atención es también una forma de escuchar a nuestras abuelas, nuestros mercados, nuestras cocinas. Y si bien muchas veces nos hacen sonreír, también nos invitan a reflexionar sobre lo que realmente alimenta nuestros cuerpos y nuestras almas.