Eliana Murrieta
@mangiamo.ec.eli
Mis abuelos maternos, como buenos italianos, disfrutaban inmensamente de la ¨buona cucina¨ y nos transmitieron, a sus hijos y nietos, las recetas y el amor por el arte de cocinar con paciencia, técnica y secretos familiares.
Mi abuela preparaba los gnocchi, este platillo que surgió como una alternativa debido a los altos precios de la harina en el siglo XIX, como un acto de amor hacia su familia, y me enseñó a hacerlos en su cocina, preparándolos por tandas en los días previos a celebraciones como el Día de la Madre, cumpleaños y Navidad. Los brindaba con salsa pesto, pomodoro y quattro formaggi para recordar los colores de la bandera italiana. Al momento de servir, rallaba queso parmesano sobre el plato.
A lo largo de mi vida, he comprendido que existen diversas recetas –en otras culturas se preparan con requesón, zapallo, espinaca–, pues, dependiendo del lugar en el que te encuentres, las condiciones cambian: la calidad de las papas, la humedad del ambiente, la variedad de la harina. Las manos de quienes los preparan adaptan la receta a las circunstancias.
En países de Sudamérica, como Argentina, se comen tradicionalmente los días 29 de cada mes y se acostumbra poner monedas o billetes bajo el plato para atraer la suerte y la prosperidad de quien los disfruta.
Tiempo de preparación: 40 min
Tiempo de cocción: 5 minutos
Porciones: 4
Para cocinarlos:
todo en su lugar, todos en la mesa
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